Fan Fiction de MRB (4ª parte)

Anteriormente en el fanfic de MRB...

Nathan se encontraba lanzando unas canastas en la cancha del jardín de su casa. Acababa de firmar un contrato para entrenar al equipo de baloncesto local, los Ravens. Ante él se abría un reto importante. Durante su carrera baloncestística había formado parte de numerosos equipos, pero ninguno le había aportado las lecciones morales y las satisfacciones personales que consiguió con los Ravens durante su estancia en el instituto. Sabía que iba a ser difícil, pero una vez que escribió su firma sobre el contrato, no pudo evitar pensar múltiples jugadas y tácticas de ataque en su cabeza. Y en ello se encontraba cuando vio corretear por ese jardín a una pequeña de cabellos rizados y dorados como el sol. “Lo que me faltaba – pensó Nathan- ahora tengo visiones y amigos imaginarios”. La niña le resultaba extrañamente familiar…

- ¿Qué ocurre Nathan?, ¿No reconoces a tu sobrina?

Nathan conocía perfectamente esa voz. Se giró lentamente y se encontró a Lucas detrás suya. Él se echó a reír y se acercó corriendo hacia su hermano. Durante esos escasos segundos que duró el trayecto, miles de momentos pasaron por su cabeza. Recordó cómo se peleó con Lucas en clase tras llamarle bastardo. También se asomó por su memoria el momento en que Lucas despertó del accidente que tuvo con Keith, justo cuando él fue a visitarle (porque Haley no podía hacerlo). No pudo evitar acordarse de la noche en que Lucas le contó que se mudaban de Tree Hill para poder proporcionar a Sawyer los mejores cuidados médicos… Había extrañado mucho a su hermano durante su ausencia.

- No me lo puedo creer tío. ¿Qué haces aquí?
- Te dije que volvería, hermanito. Aunque tengo que reconocer que nunca imaginé que simularías un secuestro para llamar mi atención.
- ¡Cállate capullo!
- Ven aquí…

Lo que comenzó como un tímido choque de manos pasó a ser un sincero y sentido abrazo entre hermanos. Nadie diría que no mucho tiempo atrás, ambos se habían odiado a muerte…

- Me alegro mucho de verte sano y salvo. Aunque estás muy delgado, ¿acaso tus secuestradores no te dieron bien de comer? - Bromeó Lucas.
- Me dieron muchas cosas, puñetazos básicamente, pero la comida no estaba entre ellas… Mira a tu pequeña, ¡es una Peyton en miniatura! – Dijo Nathan mientras cogía a Sawyer en brazos.
- Sí, se parece mucho a su madre.
- Por suerte para ti
- ¡Cállate colega! Y pásame el balón anda, quiero ganarte a un uno contra uno…

Nathan dejó a Sawyer corretear por el jardín y le lanzó el balón a su hermano. Y mientras jugaba contra él, pensó que era bueno volver a tenerle cerca. Lucas siempre había sido un gran apoyo para él, además de un gran amigo para Haley y un estupendo padrino para Jamie. Y mientras le ganaba, pensó que ojalá hubiera podido contar con la ayuda incondicional de su hermano durante su niñez, en vez de haber malgastado el tiempo odiándolo. Pero no era momento para lamentarse. Estaba aquí y había vuelto para quedarse.

- Lucas, sabes que no se me dan bien las palabras, pero estoy muy feliz porque todo el asunto de Sawyer haya salido bien. Me alegra teneros de vuelta y quiero que sepas que… bueno que…
- Lo sé, Nate. Yo también os he echado de menos.


CARRETERA

Skills iba conduciendo hacia las afueras de Tree Hill. Mouth le acompañaba, iba abriendo un botellín de cerveza para él y un refresco para Skills. A ambos les gustaba viajar juntos. Mouth iba recordando aquella vez que Skills, para curar su corazón roto, lo llevó hasta la fraternidad de Gigi y a Nueva York en una misma noche. Lo cierto es que Mouth sabía que sin su gran amigo Skills no estaría felizmente enamorado de Millie, pues cuando él ya tiró la toalla en su relación, su mejor amigo seguía creyendo en el amor que había entre la pareja, y así se lo hizo ver…

- Olvídate colega, si yo no puedo beber cerveza, tú tampoco lo harás.
- Pero Skills, ¡tú vas conduciendo!
- Ya, y si me niego en redondo a seguir haciéndolo adivina a quién le tocará coger el volante…
- ¡¡Pero si ni siquiera has querido decirme adónde vamos!!
- Te he dicho que vamos a por el regalo de bienvenida de Lucas, no necesitas saber más, colega. El chico lo ha pasado mal. Ha tenido que dejar aparcados sus sueños para dedicarse a su hija, lo menos que podemos hacer por él es tener un detalle para celebrar su vuelta.
- Estoy totalmente de acuerdo, Skills. Pero no entiendo que tiene que ver eso con que yo quiera beberme una cerveza.

Skills frenó bruscamente y se hizo a un lado en la carretera. Ya en el arcén, Mouth miraba a su amigo con cara de asombro, no sabía qué diablos pretendía parando el coche. Skills abrió su puerta, se bajó del auto, lo rodeó, abrió la puerta de Mouth y con una rotunda seguridad le dijo:

- Te toca conducir.
- Skills, no sé adónde quieres ir…
- Te guiaré, te toca conducir.

Resignadamente Mouth se cambió de asiento y puso de nuevo el coche en marcha. Skills le dio el refresco a su amigo y bebió un largo trago de la cerveza.

- ¿En serio, Skills? ¿Todo esto sólo para beberte una cerveza?
- Calla y conduce, amigo. Estamos cerca…
- Eres increíble…

Pero Mouth no estaba enfadado. No podía estarlo con Skills. Le debía tantas y tantas cosas… Le miró de reojo beber cerveza y sonreír satisfecho mientras observaba el paisaje por la ventana. Y pensó que podría ser esa sorpresa que le tenía reservada a Lucas… viniendo de Skills, cualquier cosa era posible.

- Oye Mouth, te has enterado de la boda de Clay y Quinn, ¿verdad?
- Sí, claro…
- ¿A que no adivinas quien está trabajando en los juzgados y ayudó a tirarles arroz?


BANQUETE

- Haley James Scott, si no fuera porque te quiero muchísimo te mataría lenta y dolorosamente en este mismo instante… -Brooke apareció por la cocina de Haley haciéndose notar.
- Yo también te quiero Brooke… - respondió Haley haciéndose la inocente.
- ¿Cómo pudiste obviar contarme que Lucas y Peyton volvían a la ciudad?
- Vamos Brooke, no me digas que vuestro reencuentro no ha sido épico… ¡Habría perdido totalmente la gracia si lo hubieras sabido!
- Aaaaarg!! Te aseguro que me las pagarás… ¿Y se puede saber qué estás haciendo? Peyton me ha dicho que me adelantara y viniera a tu casa, que antes ella tenía que hacer no sé qué cosa que ni me he molestado en escuchar porque sólo podía pensar en matarte por ocultarme algo así…
- Preparo una exquisita comida para darles la bienvenida. He invitado a poca gente, pero sé que media ciudad terminará presentándose, así que estoy haciendo comida de sobra.
- ¿Por qué no me has avisado? Hubiera preparado algo o habría venido a echarte una mano.
- Sólo te diré una cosa, Brooke: ¿recuerdas tú ultima tarta de manzanas? ¡Tenían piel!
- Un pequeño detalle sin importancia que no le hubiera restado ni un ápice de sabor, doña perfecta ama de casa… Oh Dios Mío!!! Ya sé lo que tenemos que hacer!! Fiesta de pijamas.
- Brooke ya no tenemos edad para eso, ¿no crees?
- Pequeña bruja… voy a hacer como que no he escuchado tu comentario sobre mi edad y sólo te diré una cosa más: Muffins de maría! Vamos Haley, dí que sí… Sólo las chicas. No me digas que no te mueres por ver a Peyton comiendo muffins sin saber el toque original de vuestra receta. Vamos… dentro de unos días, cuando todo esté más tranquilo…
- Me lo pensaré. Estaría bien no ser la inocente estafada aunque sea por una vez…
- Sí!!! Va a ser genial, ya lo verás. Por cierto, ¿Cuándo viene Lucas? Me muero de ganas de verle…
- Está en el jardín con Nathan. Y Sawyer y Jamie no deben andar lejos de ellos.
- ¿Me estás diciendo que estoy aquí perdiendo el tiempo contigo en la cocina mientras mi amigo y mi ahijada están a unos escasos metros? ¿Pero a ti que te pasa?
- Lo siento, Brooke. No sabía que era tan horrible para ti soportar mi presencia.

Pero Brooke ya había echado a correr en dirección a la puerta que daba al jardín. Sin embargo, justo cuando iba a llegar al picaporte, retrocedió unos pasos y miró a Haley…

- Gracias por hacer esto. La comida, la sorpresa… Gracias por ser nuestra amiga, Haley.
- De nada, Brooke. Recuérdalo ahora que vuelve Peyton, espero que no me olvides y dejes de llamarme - bromeó Haley.
- ¿Olvidarme de ti? No podría ni aunque quisiera…


SET DE RODAJE

Julian había accedido a enseñarles los decorados de la serie a Quinn y a Clay antes de ir a casa de Nathan y Haley para darles la bienvenida a los Scott…

- Así que antes de estar con Brooke, te beneficiaste a Peyton… ¡qué callado lo tenías!
- Clay!!!! – dijo Quinn con cara de circunstancias.
- ¿Qué? Es cierto, no me lo he inventado yo…
- Ya pero… ¿puedes emplear otro lenguaje? – pidió ella mientras señalaba al pequeño Logan, que miraba absorto las taquillas del pasillo que habían montado como decorado del instituto.

Continuaron paseando por la habitación de Brooke, el Karen´s Café, la habitación de Luke, el Tric, la habitación de Haley…

- Es genial, Julian. La habitación de mi hermana está muy conseguida…
- Gracias. Por cierto, ¿te ha comentado ella si va a aceptar mi proposición?
- Pero Julian!!! Primero Peyton, luego Brooke y ahora Haley… ¡está casada, por Dios!
- Cállate ya, Clay… No sé de qué proposición me hablas, Julian.
- Verás, le comenté que me gustaría que los protagonistas reales de esta historia, en algún momento de la serie hiciesen un cameo y quisiera empezar por Haley. Creo que podría ser un buen gancho para el público que en cierto momento vieran a los protagonistas auténticos de la serie, interpretando otros papeles. Le propuse interpretar a una profesora conflictiva durante un par de capítulos …
- A mí me parece una idea genial, Julian. Y puede ser muy divertido. Yo soy muy niña, si quieres puedo interpretar a la archienemiga de Brooke en el instituto…
- Me lo pensaré. Bueno, y ahora, llegamos a uno de mis decorados preferidos: la habitación de Peyton - dijo Julian – Y no es porque me la beneficiara, Clay…

La habitación roja estaba exactamente igual. En la pared un papel que simulaba a un público de un cine observando lo que ocurría en la habitación, el número de habitantes del planeta, mil posters de grupos de música rock, el ordenador con la webcam, el armario con la lista de pretendientes de Brooke y de Peyton, y, por supuesto cientos de dibujos originales cedidos por Peyton.

- Estoy maravillada. Es increíble la calidad artística de Peyton… sólo había visto sus dibujos en algunos diseños de Clothes Over Bros, pero son realmente buenos. ¿Crees que le gustaría comercializar con ellos, Julian?
- ¿Por qué?, ¿Vas a comprarlos? - preguntó Clay.
- Tengo una galería, ¿recuerdas?
- No creo que Peyton haya vendido nunca sus dibujos, excepto por causas solidarias, pero puedes preguntárselo tú misma en la fiesta que le han preparado y a la que por cierto, llegamos tarde - apuntó Julian mientras apagaba las luces de los decorados.


TÚ MÚSICA ME HIZO FUERTE

Peyton se encontraba delante de una modesta casa. Una señora mayor abrió levemente la puerta y se asomó, curiosa.
- No quiero comprar nada, gracias.
- No, eeh…. Verá, buenos días señora. No vengo a vender nada, se lo aseguro. Quería preguntar por Max.
- ¿Por Max? ¿Vienes buscando a mi hijo?
- Sí, ¿sigue viviendo con sus padres?
- Tú qué crees, jovencita. Sube a su estudio, está arriba. Segunda puerta a la derecha.

Peyton subía las escaleras hacia el piso de arriba y con cada escalón iba escuchando con mayor claridad la música que provenía del cuarto al que la madre de Max le había invitado a entrar. Llamó varias veces, pero nadie contestaba. Volvió a insistir… y nada. Decidió abrir la puerta.

- Hola Max.

Peyton vió la larga cabellera de Max y unos grandes auriculares que tenía puesto en sus orejas. No le extrañó nada encontrarse a su viejo amigo escuchando música.

- ¡¡¡¡¡¡HOLA MAAAAAAX!!!!!
- ¡Dios Mío! -Max se giró asustado- ¿Peyton? ¿Qué haces aquí?
- Bueno colega, desde que cerraste tu tienda de discos no sabía donde coincidir contigo… Y debo reconocer que siempre quise conocer a tus padres. Quería saber qué tienen de especial para que no quieras independizarte -bromeó ella.
- No me lo puedo creer ¡Ha pasado mucho tiempo! ¿Y Sawyer?, ¿Cómo se encuentra?
- Ella está bien, Max. Por eso estoy aquí. Quería darte las gracias.
- ¿A mí? ¿Por qué?
- Porque puede que no lo sepas Max, pero tú música me hizo fuerte. No hubiera podido hacerlo sin ella.
- Vamos, Peyton. Tú tienes un excelente gusto musical, no hace falta que me des las gracias por nada -contestó Max, ruborizado.
- Eso es lo que tú crees, pero, ¿recuerdas cuando Lucas tuvo aquel infarto en el último curso de instituto? Tú me dijiste que escuchara la canción “Non believer”, de La Roca, y me ayudaste a tener esperanzas cuando Lucas estaba en grave peligro.
- Bueno… gracias pero…
- ¿Y recuerdas varios años después? Cuando Lucas le dijo que sí a Lindsey en el altar a pesar de conocer mis sentimientos hacia él…
- Cómo olvidarme de aquello…
- Tú viniste a mi discográfica, me escuchaste, me aconsejaste sabiamente y me pediste que condujera el comet sin dirigirme a ningún lugar en concreto, sólo conducir por conducir, mientras escuchaba la música que me inspira.
- Sí, lo recuerdo. Pero debes saber que no tenía ni idea de lo que decía, simplemente tuve suerte, nunca había tenido delante de mí a una chica con el corazón roto.
- Exactamente, Max. Tenía el corazón roto, aquellos días creía que nunca podría estar más triste o ser más infeliz. Y luego ocurrió lo de Sawyer y teníamos que irnos de la ciudad y recuerdo que cuando te despediste de mí, me deseaste suerte y me regalaste el último single de Foo Fighters, “Home”.
- ¿Adónde quieres llegar, Peyton?
- En las noches que pasé en el hospital, sufriendo porque había serias posibilidades de que no pudiera ver a mi hija crecer, escuchaba esa canción. Cuando todo lo que deseaba era que mi hija encontrase un corazón y pudiéramos volver a nuestro hogar, con nuestros amigos y nuestra familia, yo escuchaba esa canción. Y se la cantaba a mi pequeña, Max -una lágrima resbaló por la mejilla de Peyton.
- Vaya… -contestó Max, visiblemente emocionado- Me alegro mucho de que la música te ayudara, Peyton.
- Hizo mucho más que eso. La música me salvó, me ayudó a no volverme loca… me hizo quien soy ahora. Y por eso, quiero hacerte una oferta, amigo -Peyton sonreía mientras se secaba las lágrimas.
- ¿Ahora es cuando me ofreces mudarme contigo y con Lucas?
- No, Max. Ahora es cuando te pido encarecidamente que trabajes para mí, en mi discográfica. Quiero retomar mi trabajo, pero Sawyer aún necesita cuidados y quiero hacerlo con calma. No quiero tener que viajar de concierto en concierto ni recorrerme todos los garitos del Estado en busca de buenos grupos, pero puedo contratar al mejor crítico musical que conozco y conseguir que sea mi cazatalentos… ¿Qué me dices?
- Digo que me hacía más ilusión lo de mudarme contigo, pero me conformaré con esto…. ¡acepto!
- Me alegro, amigo. Y ahora ponte algo decente y péinate, te vienes conmigo a una especia de fiesta de bienvenida que nos han preparado. No te vendrá mal un poco de vida social. O llegarás a los cuarenta y seguirás …
- ¡¡¡VIVIENDO CON TUS PADRES!!! -dijeron ambos al unísono.

Canción de Foo Fighters, a la que RMB haco referencia en el fanfic. Es una canción muy bonita y que le viene ni pintada a la situación por la que han pasado los Leyton fuera de Tree Hill por la enfermedad de Sawyer. Da título al capítulo "Eco, silencio, paciencia y bondad" (el capítulo siguiente al de la no boda de Lucas y Lindsey)