Fan Fiction de Israel: 4ª Continuación Capítulo 6x01

16/12/08 ACTUALIZADA - 11ª PARTE

Mientras esperamos el 5 de enero para poder ver el siguiente capítulo de One Tree Hill os pongo una nueva entrega del Fan Fiction de Israel. Si no habéis leído las partes anteriores, podéis hacerlo aquí:
Leer partes 1, 2 y 3 - Leer partes 4, 5 y 6
Leer partes 7, 8 y 9 - Leer parte 10

11ª Parte: Haley

Simplemente tan sencillo como no poder apartar la canción de su mente junto con todo aquello que arrastra detrás. "Soy Haley. La chica cerebral. La que es incapaz de comprar un paquete de galletas sin cuestionarse si está haciendo lo correcto. La tutora", piensa mientras conduce entre la oscuridad de las calles de Tree Hill. Son las palabras de Jake las que martillean esta vez en su cabeza, el inquieto remusguillo que se agita en su interior. Él nunca iniciaría una carrera musical debido a que le separaría completamente de Jenny. ¿Cómo podía entonces ella ser capaz de desear algo así? ¿Por qué la gente pensaba que ella sí y la apoyaba para conseguirlo? Recuerda las charlas con la psicóloga. Recuerda que sólo viviendo sus sueños logrará tener la felicidad en su vida familiar, pero… ¿Qué hacer cuando los sueños son tan incompatibles que no puedes alcanzar uno sin abandonar completamente el otro? Ya no es sólo la vida separada de Nathan lo que la asusta. Es la vida sin Jamie la que atormentaría sus sueños alimentando pesadillas. Su hijo es su responsabilidad, no algo que pueda dejar atrás, aparcar en la esquina del recuerdo y retomar cuando las giras acaben. No. La vida de los artistas es una vida alejada del amor como ella lo entiende, llena de divorcios y de continuas vueltas a empezar, en mundos distintos, cuando ella no quiere separarse del suyo. No puede ser así. No quiere ser así. Y entonces… ¿Por qué ese bienestar cada vez que sube al escenario y mitiga sus nervios? ¿Por qué quiere volver a sentir una y otra vez el calor del público, los aplausos, las voces siguiendo el ritmo de la canción? Esa droga que la hechiza tanto y la atrapa como un monstruo en sus entrañas…

Al parar ante un semáforo mira a Jamie por el espejo retrovisor y una ola de cariño recorre su cuerpo. Últimamente está más callado, quizá un poco triste. Es un niño que ha probado sabores dedicados a personas de más edad y que ya entienden que la vida no es un jardín de ilusiones felices que nada puede romper. Ahora mismo necesita el máxima atención, apoyo y cariño de la buena madre que desde el primer día se propuso llegar a ser.

Estaciona el coche enfrente de su casa con cierto resquemor al percibir que ninguna de las luces esté encendida. Comprueba el teléfono móvil. Nate no suele llegar tarde sin avisar, pero ningún nuevo mensaje aparece en la pantalla. También le extraña, aunque menos, la ausencia de Deb. Últimamente ha notado que su suegra tiene un comportamiento extraño, pero en fin… ¿Y cuándo no?

Decide no darle mayor importancia aunque su preocupación aumenta cuando al abrir la puerta comprueba que no está cerrada con llave. Les recibe el frío y lóbrego pasillo de entrada.

- ¡Nate! – exclama al aire sin recibir respuesta.

Repite dos veces más la llamada. Nada. Enciende la luz y Jamie corre hacia su habitación. Reprime en su boca las palabras pidiéndole que espere, que se mantenga a su lado. "No puedes ponerte así cada vez que alguien llega tarde o se va olvidándose de cerrar con llave", se dice. Sin embargo, algo dentro de ella, su intuición quizás, le dice que algo va mal.

Minutos más tarde se arrepentirá de no haber prestado más atención a ese, entonces, paranoico sentimiento.

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Acecha en la oscuridad, como el cazador a su presa, calculando el momento oportuno para saltar y evitar cualquier escapatoria. Por fin, eliminará el obstáculo que le separa del amor de Nathan y de Jamie. No lo quiso entender por las buenas. Haley tendrá que comprender que posee lo que a ella le pertenece. Y ahora está tan cerca… Casi puede saborearlo.

Ve a Jamie pasar corriendo al lado de su escondite y fantasea con su nueva vida siendo su madre, dentro de poco…

El cuchillo que Carrie sujeta en su mano brilla con el reflejo de la luz de la lámpara que Haley acaba de encender.

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Deja el abrigo sobre el sofá y contempla la casa vacía. La luz de la lámpara de mesa apenas es capaz de acoger toda la estancia. Observa las fotos en las estanterías que narran a su manera pequeños retales de su vida. Hace frío. Se acerca al termostato para subir la temperatura y vuelve de nuevo tras sus pasos.

Coge el bolso y saca el móvil de su interior. Escucha un grito a su espalda y a partir de ese momento todo sucede muy deprisa. Se gira y antes de poder comprender nada vislumbra la cara congestionada de Carrie, corriendo hacia ella. La embiste y caen al suelo. Está justo encima de ella. Nota todo el peso de su cuerpo. Forcejea tratando de encontrar una escapatoria que no aparece. Haley percibe sus jadeos, su mirada asesina clavada en ella. Grita, pero se convierte en apenas un ronquido sordo en sus labios en forma de O, cuando nota el frío metal abriéndose paso por su vientre.

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Jamie irrumpe veloz en su habitación buscando el videojuego de baloncesto. Algo ha despertado su atención. Varios mechones rubios asoman del otro lado de su cama. Asustado, pero diciéndose que siempre tiene que ser valiente, camina para descubrir, qué es lo que se encuentra al otro lado. Lo que encuentra le causa tal impresión que tiene ganas de romper a llorar.

- ¿Abu? – musita con un hilo de voz.

Deb está inconsciente, atada y recostada en el suelo con la cabeza ligeramente apoyada sobre su cama. Jamie oye el grito de su madre proveniente del salón, pero se encuentra completamente petrificado. Sus ojos se dirigen a la puerta. Una sombra se delinea ante el umbral. Le hace un gesto con el dedo en la boca pidiendo silencio y extiende la otra mano indicando que espere, para, poco después desaparecer sigilosamente como si nunca hubiera estado allí.

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Carrie extrae el cuchillo exhultante de triunfo. Se incorpora y patea el cuerpo de Haley que se retuerce de dolor. Se dirige hacia las estanterías llena de fotos con una sonrisa bañada de su locura satisfecha.

- ¡Oh! Mira. La pequeña Haley con mi Nathan y mi Jamie en un parque de atracciones. Y mira esta otra en la playa – coge un marco y lo dirige al rostro de Haley -. Míralo y míralo bien porque nunca más lo tendrás. Es mío, porque tiene que ser mío. Porque Nathan me desea y Jamie me quiere y yo seré mucho mejor para ellos.

Arroja la foto contra la pared y el cristal se rompe en mil pedazos.

- Nunca vas a poder conseguir eso

Se gira violentamente al escuchar esas palabras. Conoce esa voz. Odia esa voz. Teme a esa voz. Pero esta vez no. Esta vez no le pillará desprevenida. Tiene el cuchillo y nada desearía más que hundírselo en su pecho y hacerlo desaparecer.

Corre hacía la puerta del salón empuñando el arma ensangrentada. Su respiración está agitada. No encuentra cerca ningún interruptor. Sabe que está escondido en algún lugar detrás de las sombras. Su mente sólo dibuja imágenes de su mano alrededor de su cuello, amenazándola de muerte si volvía a acercarse a su familia. Fiel a su promesa, había aparecido, como una maldición, a su llegada.

Pero en la oscuridad, cualquier cazador puede convertirse en la presa. Un violento golpe en la nuca ahoga el contacto con la realidad y solo puede divisar mientras cae, el cuerpo ensangrentado de Haley, con una figura de bronce en la mano.

Haley jadea convulsivamente. Por más que intenta apretarse la herida no puede evitar que deje de emanar la sangre de ella. Su vista se nubla. Hasta permanecer de pie parece ahora un tremendo esfuerzo. Trata de apoyarse en la pared, pero su cuerpo se derrumba inconsciente al lado de las piernas de Carrie.

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Carrie se despierta desorientada. Su cara roza con el césped. De espaldas a ella, la parte trasera de la casa se alza ante ella, sobria, ocultando secretos. No es capaz de recordar nada después de su lucha con Haley y del placer de apuñalar por fin a esa zorra. Su cabeza parece a punto de estallar.

Trata de incorporarse pero se encuentra con algo que la hace estremecer. Dan la mira con desprecio apuntando el cañón de una pistola en su frente.

- Te advertí de que si volvías a acercarte a mi familia no dudaría en matarte.

El rugido del disparo queda amortiguado por el silenciador. Dan arrastra el cadáver de Carrie a algún lugar lejos de miradas indiscretas.

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Nathan camina de vuelta a casa con mil pensamientos agolpados. Todavía no ha asimilado la escena de encontrar a su amigo junto con su madre. No es capaz de comprenderlo y otra vez se ha dejado llevar por la ira, pegándole sin poderse frenar. Tiene suerte de que ahora podrá encontrar a Haley en casa y hablar sobre ello. A su lado los problemas siempre parecen tener menor importancia.

Al llegar a su calle, Nathan no presta atención al coche que atraviesa la calle antes de que él cruce. En su interior su madre le mira con ojos suplicantes desde el asiento trasero mientras que Dan conduce con una sonrisa en sus labios apretados el coche de la niñera.

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Y… si de algo me he dado cuenta es de que… no debes dejar que tu cabeza se llene de preocupaciones, obsesiones o sueños por cumplir, sino que simplemente debes conseguir vivir tu vida feliz, apreciar todo lo que ya tienes, disfrutar porque es tan valiosa como el mejor de los deseos… Y es así ya que nunca, como yo, sabrás si te volverás a despertar mañana…