Fan Fiction de Israel: Capítulo 6x01

26/08/08 ACTUALIZADA - 3ª Parte

Si os gustó el Fan Fiction de Paula, aquí tenéis el de Israel. Narra los sentimientos de los protagonistas tras el capítulo 5x18. Tendrá varias partes, cada una relacionada con distintos personajes. Aquí os dejo la primera, seguro que os va a gustar.

1ª Parte: Lucas

"Lucas siente como su corazón late con fuerza en el justo instante en que su voz pronuncia la propuesta de matrimonio y se acelera aún más al escuchar un balbuceo entrecortado seguido de un silencio sesgado por el sonido del teléfono al colgar al otro lado de la línea. En ese instante exclama el nombre de Peyton, cierra los ojos y exhala un hondo suspiro.

Se sienta en una de las sillas del aeropuerto todavía con el móvil en su mano derecha, mirándolo fijamente mientras su mano izquierda juega nerviosamente con dos billetes de un vuelo con destino a las Vegas. Por unos momentos nada importa. Ni la gente pasando a su alrededor ni la megafonía del aeropuerto ni las imágenes de las pantallas. Nada importa mientras cae sobre él el peso de un nuevo rechazo. Su mente evoca aquellos momentos, tres años atrás, en la habitación del hotel de Los Ángeles, con el anillo en la mano esperando a Peyton, sintiendo la misma sensación de miedo y ansiedad que momentos antes de realizar la llamada telefónica. Su subconsciente viaja al instante en el que escuchó las palabras que provocaron un terremoto en el transcurrir de su vida. Las palabras “Estoy diciendo que ahora no” retumban en su cabeza a la vez que un hilo de ira mezclada con decepción asciende por su cuerpo. El sentimiento de inseguridad, de estar en un segundo plano con respecto al trabajo de Peyton, ruge en su cabeza como si sólo hubieran pasado unas horas de aquel día.

Lucas ahoga una lágrima de desesperación mordiendo con fuerza su labio inferior. En el fondo entiende a Peyton. Entiende que luchara por sus sueños, que todavía era muy joven, que todavía era insegura… Comprende el error que cometió al dejar que ese día hablaran más su corazón, sus impulsos y sus temores que su cabeza y se arrepiente de su precipitación.

Guarda en el bolsillo de su pantalón el móvil y los billetes que nunca llegará a utilizar junto a la llave que Lindsey le devolvió. La amaba, la amaba de verdad. Había llegado a su vida en uno de sus peores momentos, había hecho su sueño realidad y de alguna manera había llenado el gran hueco que Peyton había dejado. Pero… ¿En realidad había sido suficiente? ¿Amaba a Lindsey como había amado a Peyton? La primera duda la había tenido con el regreso de Peyton. Intentó mostrarse fuerte, como si hubiera conseguido pasar página por todo aquello. Sin embargo, no podía reprimir el cosquilleo en su estómago cada vez que la veía. Y el resultado había sido negarla aún más. Pedir a Lindsey que se casara con él en un intento baldío por acallar cualquier sentimiento por Peyton. Ahora que era capaz de verlo todo desde otro ángulo, casi agradecía que Lindsey no hubiera dicho el “si quiero” en su boda. Había sido capaz de ver en él lo que no había sido capaz de ver el mismo, lo que llevaba tanto tiempo negándose.

En el fondo era Peyton y sólo había sido Peyton, como se había dado cuenta al contemplar su dibujo en el suelo de Rivercourt. Desde que Peyton volvió no había hecho otra cosa que pagarle con la misma moneda. De la misma forma que Peyton había antepuesto su trabajo, él había hecho lo mismo con Lindsey. Incluso aunque había pedido perdón por ello le había dicho que la odiaba. Por todo ello acaba entendiendo la actitud de Peyton al otro lado del teléfono. Él, únicamente él, había estropeado todo y aunque una parte de su interior negara que existiera alguna posibilidad, todavía se pregunta si volverá a estar algún día con Peyton justo como cinco años atrás."

2ª Parte: Peyton

"Peyton no puede conseguir que su cuerpo deje de temblar. Sentada en su despacho deja caer el teléfono sobre la mesa. Apenas puede creer las palabras que acaba de escuchar. Su primera reacción fue de impacto y de sorpresa. Una voz dentro de ella, en lo más profundo de su corazón, le gritaba que dijera que sí, que no fuera tonta, que no lo pensara más. ¿Acaso no era aquello por lo que había vuelto de Los Ángeles? ¿No quería volver atrás en el tiempo hasta ese instante en la habitación del hotel y decirle: “Sí Lucas, ahora y siempre”? Sin embargo, otra voz en su cabeza le decía que no, que Lucas estaba confuso, que todo aquello volvía a ser precipitado… ¿Y a quién hacer caso?… ¿A los sentimientos o a la razón? El resultado había sido una serie de leves balbuceos, seguidos por el silencio de una lágrima resbalando por su mejilla. Había colgado el teléfono porque no se sentía capaz de dar una respuesta. Habían pasado tantas cosas en tan poco tiempo… ¿Qué hacer?

¿Por qué la vida no podía ser simplemente un poco más fácil? ¿Tan difícil es tener una familia normal con un padre en casa, una madre viva, un hermano con quien pelearse? ¿Tan imposible es conseguir que la gente que ocupa tu vida no te abandone y vuelva en el momento en el que realmente lo necesitas en lugar de cuando ellos lo crean oportuno? ¿Cualquier relación, por insignificante que sea, tiene que ser tan complicada?

Su cuerpo se recuesta sobre la silla, estira sus piernas y lleva las manos a su cara deslizándolas hasta perderse entre su cabello. En ese momento el miedo de perder a Lucas para siempre la atenaza. “Oh, Dios mío. ¿Qué he hecho?”, piensa. Colgando, sin quererlo acaba de negar otra vez a Lucas y teme que huya de su vida para siempre acorazado dentro de su orgullo herido por una nueva negativa.

“Lucas, ¿por qué siempre eres así? ¿Por qué primero me dices que me odias y luego me pides que me case contigo? ¿Qué es lo que realmente quieres?”

Su vista se fija sobre el segundo libro de Lucas que reposa sobre la mesa a su izquierda. Lo abre por aquella página que ha leído tantas veces, una y otra vez:

El chico vio el cometa y de repente su vida tenía sentido y cuando se fue esperó toda su vida a que volviese a él. Era más que un simple cometa por lo que aportó a su vida, dirección, belleza, significado... Hay muchos que no lo podían entender y algunas veces caminaba entre ellos, pero incluso en sus horas más oscuras, el sabía en su corazón que un día aquello volvería a él, y su mundo volvería a estar completo otra vez, y sus creencias en Dios , en el amor y el arte renacerían en su corazón.

Y es en ese momento cuando los sentimientos vencen a la razón. Recuerda todo lo que sintió en aquel beso robado a Lucas en esa misma habitación. Como notó estremecer su cuerpo rodeando al suyo y por un instante creyó ver de nuevo al hombre enamorado que escribió su primer libro por y para ella. Ahora sólo quería pensar que ese Lucas nunca se había ido, que sólo se había ocultado detrás de un disfraz, y que ahora volvería para estar siempre junto a ella.

¿Cómo podía arreglarlo? ¿Era demasiado tarde? Si algo ha aprendido de todas las desgracias y pérdidas pasadas es que siempre ha encontrado la fuerza para ser capaz de superarlas. De nada le servirá derrumbarse. Reprime el deseo de volver a llamar a Lucas. Es demasiado pronto y todavía no sabe bien qué decirle. Ese momento es mejor para dedicarlo a una tarea que siempre ha sido capaz de ordenar sus ideas y mostrar sus verdaderos sentimientos. Peyton abre la cajonera, saca su libreta y comienza a dibujar."

3ª Parte: Jamie y Skills

"Jamie está jugando con Skills al juego de boxeo de la Wii. Ambos saltando, con la respiración agitada, disparan puñetazos al aire tratando de golpear sus rostros virtuales. Sus labios esbozan una amplia sonrisa mientras ve como la línea de vida del personaje de Skills se acerca a su fin.

• - Eh tío, voy a acabar contigo. Nadie ha conseguido ganar nunca al gran Skills
• - Eso es lo mismo que dijiste la última vez.

Su brazo dibuja un gancho circular y una explosión roja estalla en el rostro del muñeco virtual de Skills que cae al suelo mientras se inicia la cuenta hasta diez. Jamie le mira levantando las cejas dibujando en su rostro las palabras “te lo advertí”. Skills le mira con una media sonrisa incrédula negando con la cabeza.

• - Todavía no has ganado al gran Skills.

Coge su pequeño cuerpo, lo levanta en el aire y le tumba en el sofá, donde empieza a darle pequeños puñetazos que acaban en cosquillas. Jamie ríe, se gira sobre sí mismo y consigue escapar de Skills. Corre hacia su habitación pero ve algo por la ventana que lo detiene. Una niña rubia, delgada, con un fino vestido naranja camina por la acera contemplando distraída las plantas de su jardín. La niña es un poco mayor que él, uno o dos años, pero para Jamie, es como si hubiera visto un ángel.

Últimamente hay demasiadas cosas que no entiende. Por más que sus padres y que su tío Lucas se lo explican, no llega a comprender por qué nadie quiere que vea a su abuelo Dan. Siempre se ha portado bien con él y aunque haya hecho cosas horribles, no es capaz de ver un mal hombre tras ese rostro. Tampoco entiende muy bien a su niñera Carrie. No sabe por qué le secuestro ni por qué si antes le cuidaba tan bien, podía haber hecho cosas tan malas. La echa de menos, como echa de menos a su madre cuando no está porque tiene que trabajar o componer y grabar canciones. También extraña a su padre que cada vez entrena más buscando volver a jugar al baloncesto, aunque sueña con verle jugar en una de esas pistas gigantes de los equipos de la NBA. Sin embargo, al ver esa niña, al ver su pelo suelto, ondulado, bailando al compás del viento, es como si nada de eso ahora importara…

Skills se detiene a su lado, posa una mano sobre su hombro y también pierde la mirada tras el cristal. Pero lo que él ve es completamente distinto. El rostro de esa niña hace a su mente viajar año y medio atrás. Se encuentra en el paritorio de un hospital. Bevin yace en la cama, con la cara congestionada de dolor, con las piernas abiertas y flexionadas. Siente como le aprieta la mano con fuerza como si quisiera compartir parte de su dolor. El sudor le resbala por la frente y no recuerda haber estado más nervioso en toda su vida. El médico anima a Bevin para que siga empujando. Skills cierra los ojos y reprime como puede unas intensas ganas de desvanecerse. Cuando los vuelve a abrir, oye el llanto de un niño y se acerca para poder contemplar a su hijo. Percibe una extraña expresión en el rostro del doctor que se copia en su cara al contemplar el cuerpo del niño. Se gira hacia una Bevin exhausta pero que no puede disimular el miedo en sus ojos. El niño es completamente blanco. Skills nota como la rabia sube hacia su cabeza, masculla unas palabras inconexas y sale a grandes zancadas.

La niña en el jardín gira la cabeza como si alguien la hubiera llamado. Asiente y se aleja corriendo a algún lugar entre las casas. Jamie y Skills permanecen absortos hasta que el sonido del timbre rompe el hechizo. Jamie mira el reloj y corre hacia la puerta.

• - ¡Tía Brooke! – exclama -. Adiós Skills.

Skills le ve alejarse todavía con un ligero regusto de amargura en su interior. Percibe una respiración en su cuello y unas manos que se deslizan por sus hombros bajando por sus brazos.

• - Parece que ahora voy a tener que encargarme de otro niño – susurra Deb.

Y ambos se pierden en una de las habitaciones de la casa."

Continuará...